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Colegio Dominicano de Psicologos

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Palabras pronunciadas en la Asamblea General de Juramentación y Toma de Posesión de la primera directiva del Colegio Dominicano de Psicólogos

 

 

Señores

Miembros del Comité de Estructuración

Invitados especiales

Colegiados y Amigos

 

 

            Hoy culmina la fase inicial del proceso de colegiación de los profesionales de la psicología. Anhelado proyecto que tuvo su bautizo entre finales de la década del setenta y el inicio de los ochenta cuando, por circunstancias diversas, se avocó a elaborar propuestas nuevas y a revisar las existentes hasta que, el 1ro. febrero del pasado 2001, fue promulgada la Ley 22-01 que regula el ejercicio profesional de la psicología y crea el Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI).

 

            La creación del CODOPSI llega en momentos difíciles, por más de una razón. En primer lugar, por las crisis de valores y credibilidad existentes, las cuales han derivado, entre otras consecuencias, en vacíos de orientación en todos los órdenes con alcances que desbordan los límites de nuestras fronteras, la geográfica y la del quehacer profesional. Los referentes morales y los principios éticos languidecen ante la mirada impune de todos, sin que se haga suficiente para enfrentarlo, bajo el pretexto de argumentos tan vacíos como que ese es el precio de la modernidad y la globalización. En el diario vivir, las carencias sociales y políticas son mayores cada vez, para limitarme a las llamadas variables macro y no tener que entrar en las condiciones materiales de vida y convivencia en que nos encontramos.

 

            En segundo lugar, porque la actividad gremial en el país, otrora beligerante, desde hace cierto tiempo se encuentra abatida por múltiples factores. Si bien muchos de esos factores escapan a los fines y a la vida gremial misma, no podemos negar que nos corresponde parte de esa responsabilidad; tanto en las actuaciones internas de los gremios, en aquellas cuyos errores no pueden relegarse a terceros, como en los casos en que sectores interesados, externos a ellos, han incidido hasta llevarlos prácticamente a la inercia.

 

            No se trata de sentar las bases que permitan justificar una inoperancia futura de parte nuestra ni de convertirnos en abanderados del gremialismo per se. Tan solo se pretende reiterar la voz de alerta dada por otros en ocasiones anteriores sobre la situación en la cual nos encontramos actualmente, con la finalidad de que se reflexione al respecto, especialmente cuando la generalidad de los presentes es del área de la salud mental.

 

            En tercer lugar, sobre todo para entidades vinculadas a la psicología y a la salud en sentido general, porque el estado de situación que se vive hoy día, a nivel mundial y de manera especial en nuestro país, obliga a participar en la búsqueda de mecanismos que permitan enfrentar el deteriorado estado de cosas existentes. Según datos de la prensa de ayer, en lo que va de año se han producido 76 casos de crímenes pasionales con armas blancas o de fuego cuyos matadores, en la mayoría de los casos, al mismo tiempo se suicidan. Desconozco las estadísticas de otros lugares, pero en el nuestro, eso es alarmante y llama a la reflexión más allá del simple deber formal.

 

            Un cuarto elemento que hace difícil estos inicios, está en las funciones establecidas en la Ley de 22-01 que crea el CODOPSI, cuando le asigna la responsabilidad de velar por el buen ejercicio profesional de la psicología. Por tanto, las obligaciones del Colegio, de los consejos directivos nacional y regionales, así como de todos los profesionales de la psicología, es contribuir a que ello se logre. En tal sentido, es necesario entender que nuestro deber tiene dos direcciones, complementarias entre si: una hacia los miembros del colegio y otra hacia la población en general; luchando por un buen ejercicio profesional, sin competencias internas ni externas desleales, garantizamos la calidad de los servicios al gran público y la superación profesional de los colegiados.

 

            Posiblemente algunos consideren que las afirmaciones anteriores reflejan ideas negativas y pesimistas, mientras otros podrían considerar que son, más que nada, planteos políticos que desbordan las labores y funciones de un colegio profesional. Ante la posibilidad de que pueda haber tales preocupaciones en alguno de los presentes, debo dar respuestas anticipadas con los fines de edificar tan infundadas preocupaciones.

 

            Iniciando las respuestas por el segundo caso, de manera breve, haré dos señalamientos. Por un lado, la actividad gremial sin el componente político carece de sentido y de perspectivas para su buen desarrollo; sería quedarse estancados o convertidos en un grupo de amigos con fines de realizar labores sociales, no importa que la membresía sea de varios miles. Por el otro lado, cuando los planes gremiales se subsumen a los criterios partidarios, han perdido el sentido de orientación que les da la razón de ser y compran un pasaje hacia la muerte funcional en desmedro de las labores y responsabilidades que les corresponden. Lo que debe evitarse es confundir el significado e implicaciones de ambos conceptos: política y partido.

 

            Para analizar el primer caso, recordemos que las ideas pesimistas ofrecen proyectos cerrados; esto es, una visión del mundo sin opciones ni posibilidades de salida. Sin embargo, las ideas del consejo directivo del CODOPSI que se inicia en estos momentos son muy diferentes. Veamos algunos elementos para evidenciarlo.

 

            Credibilidad es uno de los dos términos usados para identificar la plancha durante la campaña previa a las elecciones de agosto pasado. Fue escogido como sustento del conjunto de ideas que, hasta ese momento, habían sido debatidas por quiénes integrábamos el equipo de trabajo, varios de los cuales somos parte del actual Consejo Directivo Nacional. Por lo tanto, tenía y tiene un sentido más allá de la confianza personal que pudiera depositarse en quienes participábamos en el proyecto. Ese fue nuestro sentir respecto a la credibilidad y parece ser que también el de ustedes, porque en apenas 13 días de campaña logramos el 60 % de los votos emitidos. En ella no puede haber pesimismo ni negatividad.

 

            Cohesión es el otro término que identificaba nuestra plancha. Fue concebido, igualmente, sobrepasando los límites personales y del equipo como tal. La cohesión es un resultado que podrá lograrse solo con la participación todos; la inscripción de los psicólogos en el CODOPSI es una tarea importante, pero si no hay cohesión de poco valdrán esos esfuerzos. No se trata de sumas mecánicas, sino de producir calidad.

 

            Como sección final de estas palabras, veamos los planes concretos acordados en el equipo de trabajo, aquellos con los que iniciaremos nuestras actividades. Por las pretensiones de los mismos, iniciemos refiriendo la concepción discutida para materializarlos. El Consejo Directivo Nacional y los Consejo Directivo Regional respectivos realizarán las tareas previstas en la Ley, el Código de Ética y Disciplina y los Estatutos.

 

            Sin embargo, tomando en cuenta que esta es la primera directiva, necesitamos realizar otras múltiples actividades que nos permitan consolidarnos como colegio en la comunidad al mismo tiempo que cohesionarnos internamente. Tales actividades, algunas complementarias a las presentadas durante el período de promoción, desbordan la capacidad de cualquier directiva, lo que hace necesario la participación de todos los psicólogos, y en más de una vez, con profesionales de otras áreas, siempre bajo la supervisión del Consejo Directivo. Veamos ahora las propuestas.

 

            Si bien el CODOPSI hoy es una realidad, también lo es su progenitora, cuando menos en lo formal, razón por la cual, no debe ser descuidada, ni ella ni su vida. Me refiero a la Asociación Dominicana de Psicología, Inc. (ADOPSI). Más concretamente, se pretende que el CODOPSI, como hijo legítimo, herede lo único que puede heredar: su rica historia, con las dulzuras y sinsabores padecidos. La propuesta incluye que al CODOPSI se le identifique como entendemos se le debe identificar: una entidad fundada el 6 de abril del 1975, pero colegiada el 1ro. de febrero del 2001. Al respecto se han hecho varias indagatorias; los procedimientos son de carácter legal, pero cumpliremos con ellos.

 

            Otro plan es materializar acuerdos con universidades con fines de formar los especialistas en psicología clínica previstos por la Ley 22-01. Para ello se formará una comisión de psicólogos clínicos y con experiencia en estructuras académicas superiores que elaboren propuestas acordes con los requerimientos básicos, desde diferentes enfoques teóricos, incluidos los previstos en las reglamentaciones de la Secretaría de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. 

 

            Por otro lado, si aceptamos la existencia de un deterioro moral y ético crecientes; si estamos de acuerdo en que los modelos, si es que puede llamárseles así, utilizados hoy para orientar a la población, especialmente a la niñez y la adolescencia, dejan mucho que desear; si entendemos las difíciles situaciones de salud mental que se están presentando en el país desde hace varios años; si aceptamos que nuestra labor nunca comenzó ni terminó en las paredes de las aulas mientras éramos estudiantes ni comienzan ni terminan dentro del espacio físico en los cuales laboramos, entonces tenemos que integrarnos en una lucha que permita enfrentar los señalamientos anteriores.

 

            Tendremos que valernos de los múltiples medios en los cuales actuamos, tomando como base la necesidad de lanzar una plan educativo dentro del sector salud en general y más concretamente en la salud mental. Admito que estas ideas pueden parecer quijotescas, pero no acepto que sean consideradas como imposibles, a menos que las veamos desde una óptica fraccionada. En tal sentido solo queda reiterar lo propuesto en julio pasado: hacer una alianza estratégica entre los diferentes sectores vinculados  a la salud mental: educadores, orientadores, psiquiatras y psicólogos. Por más que queramos negarlas, estas realidades nos embisten y, por tanto, no podemos obviarlas con solo cerrar los ojos.

 

            De aquí en adelante los resultados dependen de nosotros, donde nosotros abarca a todos los presentes y a quienes no lo están. Según una vieja expresión jurídica, el desconocimiento no exime de responsabilidad.

 

            Finalmente, algo breve pero no menos significativo en lo personal. Quiero agradecer el apoyo recibido de quienes, desde antes de aceptar ser postulado, mantuvieron una convicción sólida hacia el CODOPSI. Tales convicciones hacia ese proyecto me hicieron doblar mi resistencia a integrarme al mismo y a postularme.

 

            En esta directiva hay varios de ellos, tanto de aquí como del interior; otros nos acompañarán con su participación desde diversos equipos de trabajo, con sus opiniones y, sobre todo, con las críticas que nos permitan rectificar los errores. Sabiendo que podría dejar varios nombres fuera, me limitaré a tres sin los cuales la elaboración de los estatutos y mi presencia en estos momentos, hubieran sido difíciles. Me refiero a Carolina Guzmán, Héctor Reynoso y Teresa Bordas; con Teresa he compartido en las lides gremiales desde la gestación de ADOPSI.

 

            Es sabido que entro en el Consejo Directivo saliendo del Comité de Estructuración. Me centraré en agradecer los esfuerzos por convencerme, pero sobre todo por las experiencias compartidas en dicho Comité. Con efectos similares a los anteriores, debo mencionar a Roselín De los Santos y a Leonardo Díaz. Sin ellos el Comité no hubiera sido igual.

 

            Por último, a los integrantes de los diversos consejos directivos por la confianza depositada y su disposición a compartir experiencias durante el período de dirección que nos corresponde estar juntos. Así mismo, a los amigos y conocidos que hace tiempo no veía y al enterarse del proyecto CODOPSI me instaron para que aceptara ser nominado y que luego han apoyado al equipo.

 

            Sin ese apoyo colectivo, no estuviera dirigiéndome a ustedes desde aquí. A partir de ahora, sin el apoyo de todos, los que nos apoyaron y los que no, el proyecto CODOPSI quedaría resentido.

 

                                                                        Muchas Gracias

 

 

                                                                        Rolando Tabar Manzur

 

28 de septiembre del 2002

 

Primera directiva del CODOPSI

(Septiembre 2002 - Abril 2004)

 

Consejo Directivo Nacional

 

Rolando Tabar Manzur           Presidente

Teresa Bordas B.                Secretaria General

Gil Germán                        Secretario de Ética y Disciplina

Sara Guerrero                  Secretaria de Organización

Emma Domínguez            Secretaria de Divulgación y Publicaciones

Tarquino H. Santana      Secretario de Finanzas

Cristina Martínez           Coordinadora Regional del Este

Dulce Then                      Coordinadora Regional del NorEste

Manuel Ben                     Coordinador Regional de NorOeste

Gregoria Cuevas            Coordinadora Regional del Sur

 

 

Vocales del Consejo Directivo Regional del

 

Este

Santana Payano García       Vocal de Ética y Disciplina                

María Liriano                         Vocal de Organización                       

Carmen Ceballo                     Vocal de Divulgación y Publicaciones

José Luis Hernández              Vocal de Finanzas

 

NorEste

Lourdes Difó                            Vocal de Ética y Disciplina

Ana Salime Ulerio                  Vocal de Organización

María Castellanos                 Vocal de Divulgación y Publicaciones

Rafaela Veras                          Vocal de Finanzas

 

NorOeste

Josefina Gil                             Vocal de Ética y Disciplina

Daysi Córdova                       Vocal de Organización

Dionisia Peralta                    Vocal de Divulgación y Publicaciones

Yrda Lora                                Vocal de Finanzas

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